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[Reseña] Kung Fu Panda 4: ¿La última aventura del Guerrero Dragón?

Po debe enfrentar un nuevo desafío y no sabe si está preparado.

En Kung Fu Panda 4 volvemos a la familiaridad y comodidad del Valle de la Paz, lugar donde Po, el panda chino transformado en Guerrero Dragón, disfruta de su fama mientras trata de seguir su senda espiritual, cómodo en su lugar de honor: es un famoso guerrero, la gente lo ama, derrota villanos a diestra y siniestra, ayuda a sus papás Ping y Li en el restorán.

Vive realmente tranquilo… o eso creía, hasta que el maestro Shifu le informa que ya no será más el Guerrero Dragón, porque debe tomar su lugar como Líder Espiritual del Valle y, por eso, su nueva misión es buscar a su sucesor.

Mientras el mundo de Po se derrumba, La Camaleona, una poderosa bruja capaz de cambiar de imagen, surge como una terrible amenaza surge en la gran metrópolis de Junípero.

Y, de manera paralela, en el Valle de la Paz aparece Zhen, una hábil zorrita que intenta robarse las reliquias del Palacio de Jade. Po la detiene y, al enterarse de la amenaza de la Camaleona, descubre que Zhen sabe quién es y dónde encontrarla, así que conmuta su pena de cárcel por una última aventura de Guerrero Dragón. Lo de líder espiritual puede esperar.

Saltar del Valle a la Gran Ciudad de Junípero da la impresión de encontrarnos frente a frente con Zootopia. De hecho, no hay muchas diferencias entre las motivaciones de Zhen y Nick Wilde, zorros que solo buscan su lugar en el mundo a través de la delincuencia, pero logran encontrar a alguien que confía y tiene fe en ellos, logrando que dejen atrás su pasado delictual.

En cuanto a los nuevos personajes, Zhen es una buena inclusión: carismática, inteligente y desafiante, es una gran acompañante que lleva a Po a conocer el mundo más allá de su valle, llenando bastante bien el vacío de Tigresa al lado del panda.

Por otro lado, La Camaleona se presenta como una villana muy dramática y omnipresente, pero que no tiene un gran ni profundo motivo para tanta maldad, pero lo bueno de eso es que Tai Lung, antagonista de la primera película, tiene tiempo en pantalla para la reivindicación que merece, a pesar de ser una breve aparición.

A pesar de tener un presupuesto menor que las tres entregas anteriores, la calidad de la animación no decepciona y la musicalización de Hans Zimmer y Steve Mazzaro sigue dando en las teclas correctas para que las emociones fluyan entre risas y revelaciones espirituales.

El destino de quien será el próximo Guerrero Dragón se huele a kilómetros –así como Po puede oler dumplings-, pero no por eso la película es menos disfrutable. La fórmula de las entregas anteriores se repite exitosamente con problema, viaje y solución, todo adornado con chistes y hermosas coreografías de persecución y lucha entremedio. Puede que esto aburra al público adulto, pero va a mantener al infantil al borde de su butaca.

Si este llega a ser el final de Po como Guerrero Dragón, cumplió con seguir enseñando que podemos transformar nuestras debilidades en oportunidades y que lo importante no es el destino, sino disfrutar el viaje.

Kung Fu Panda 4 está dirigida por Mike Mitchell, el guion fue escrito por Darren Lemke y el casting en su idioma original cuenta con Jack Black como Po, Awkwafina como Zhen, Viola Davis como la Cameleona, Dustin Hoffman como el Mastro Shifu, James Hong como el Señor Ping, Bryan Cranston como Li Shan, Ian McShane como Tai Lung y Ke Huy Quan como Han.

La nueva aventura del Guerrero Dragón estrena este jueves 7 de marzo en los cines chilenos.