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[Reseña] "Shang-Chi" y los bienvenidos nuevos aires en el MCU

Uno puede tener muchas razones, y muy justificadas, para admitir que no gusta de las películas de Marvel Studios, pero lo que no se puede negar es el haber triunfado en su misión de transformar en fenómenos que llenan cines a personajes que hace más de una década sólo conocían los lectores de cómics.

No hay que olvidar jamás que "Iron Man" era un héroe secundario antes de que quedara eternamente vinculado a Robert Downey Jr. desde 2008, cuya elección sí fue un gran riesgo, como lo reconoció Kevin Feige hace unas semanas. Hoy eso suena escandaloso, pero efectivamente fue así en aquellos años que parecen tan lejanos.

Ahora, tras haber formado su universo y sacar del tablero a aquellos que se transformaron en pilares, es hora de expandirse y llevar a la primera división a personajes que son hasta de tercera línea en las páginas de Marvel Comics, muchos de los cuales recién están volviendo a tener títulos propios en la editorial gracias al impulso que tiene la decisión de llevarlos a la pantalla grande.

En 2008 hubiera sido impensado tener una película de "Shang-Chi", el maestro de las artes marciales creado por Steve Englehart y Jim Starlin, y hoy estamos ante una superproducción que lo lleva a la primera línea en un espectáculo que no requiere que hayas leído todos los cómics del personaje para poder disfrutarlo. Porque los héroes hoy se están presentando en el cine (o en las series), por mucho cariño que le tengamos a las historietas.

Dejando atrás todos los estereotipos que marcaron sus orígenes, "Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos" (Shang-Chi and The Legend of The Ten Rings) no consigue desprenderse de la fórmula, pero sí entrega bienvenidos nuevos aires en el reconocido universo al abrazar la fantasía y desplegar un espléndido festival de artes marciales.

La primera película de Marvel Studios protagonizada por un héroe asiático luego de más de 20 entregas cinematográficas, con un elenco mayoritariamente de ascendencia u origen asiático, presenta a "Shang-Chi" (Simu Liu) viviendo en San Francisco como un hombre común llamado "Shaun".

Mientras se gana la vida estacionando autos en un hotel junto a su amiga "Katy" (Awkwafina), con varias noches de karaoke y "Hotel California", finalmente es alcanzado por el pasado que creyó haber dejado atrás, dando inicio a un viaje que lo volverá a poner cara a cara con su padre "Wenwu" (Tony Leung), el líder de la misteriosa organización de los Diez Anillos.

Frente a un molde difícil de romper, el director Destin Daniel Cretton (Short Term 12) y su equipo tenían claro que había que sobresalir y diferenciarse de las otras entregas superheroicas, por lo que ponen toda su energía en la acción y en los elementos de fantasía épica arraigados en la mitología china. Es así que mundos fantásticos, objetos mágicos y criaturas místicas son parte importante del relato.

En la acción, cada movimiento cuenta y la cámara no pierde de vista nada, logrando que una secuencia tan explotada en la promoción como la pelea en un bus en movimiento consiga sorprender. Es el momento en el que el protagonista decide sacar a la luz sus habilidades ocultas para proteger a los demás, pero también es una perfecta carta de presentación para el nuevo héroe del MCU. Otra secuencia en las alturas de Macao sólo ayuda a subir el nivel.

Están hechas para ser vistas en la gran pantalla, al igual que unas bellas escenas inspiradas en el estilo wuxia, con movimientos suaves y fluidos, a las que los adelantos de la película no le han hecho justicia.

El abanico de estilos de artes marciales no es gratuito y resulta clave en el crecimiento de "Shang-Chi", quien se encuentra en un viaje interno por entender el rol que debe cumplir cuando toda la vida se te ha impuesto uno. Todo esto sin ser necesariamente una historia de orígenes donde el balance es esencial.

Liu puede brillar en las secuencias de acción, pero Leung eclipsa cuando entra en escena con un villano que es mucho más que el malo de turno.

Estamos principalmente ante un relato sobre lazos quebrados y familias rotas, donde "Wenwu" es un personaje movido por el dolor que es capaz de arrasar con todo el mundo para poner fin a su sufrimiento, aunque eso lo haga chocar con sus hijos. El actor hongkonés es gigante y eleva enormemente esta película, cuya sola presencia justifica el pago de la entrada al cine.

Frente a los estereotipos raciales que marcaron los orígenes de "Shang-Chi" y el villano conocido como "El Mandarín", son los propios personajes de la película los que tienen que decir algo al respecto.

Por supuesto, no pueden estar ausentes las conexiones al resto del universo cinematográfico, incluyendo cameos y guiños a eventos pasados (¿ansiedad post "Blip"?), además de dos escenas post-créditos que anticipan historias futuras de estos personajes.

Y al mismo tiempo, no logra escapar de los lugares comunes en los que suelen caer las distintas entregas del MCU. Es así que nuevamente tenemos un tercer acto sobrecargado a los efectos visuales, que igualmente se las arregla para entregar un par de buenos momentos, y vemos que algunos personajes y aspectos quedan relegados a un segundo plano para que sea tarea de una eventual secuela el poder explorarlos.

Del mismo modo, hay otros personajes que pudieron parecer importantes en la previa y que no reciben ni el trasfondo ni el tiempo necesario antes de salir completamente de escena.

El humor, que ha dividido en más de una oportunidad a los seguidores del MCU, sigue muy presente. Awkafina ayuda, y mucho, al ser una luz y dar liviandad desde su posición como una humana sin poderes en medio de todo este entorno de golpes y magia, y la historia también cuenta con otro personaje que funciona muy bien como comic relief, pero aún no se puede entender la necesidad de meter un chiste en plena secuencia dramática.

La película brilla en sus esplendidas secuencias de acción y al abrazar sus elementos fantásticos. Aunque el resultado final no puede evitar los ripios que han marcado a la fórmula, un gran antagonista ayuda a elevar una historia que realmente es sobre familias rotas. Y es ahí donde logra sus mejores momentos. 

"Shang-Chi" y su mitología tienen un prometedor futuro, con una carta de presentación en el MCU que lo lleva de un salto hasta la primera división.

"Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos" se estrena este jueves 2 de septiembre en cines de Chile, a los que podrás ingresar con tu pase de movilidad, identificación y tu mascarilla, respetando las medidas de higiene y distanciamiento en la actual era pandémica.

Y no, no la podrán encontrar en streaming.